Condenamos el asesinato machista de O Porriño

Nos duele profundamente el asesinato machista de una trabajadora mientras acudía a cuidar de otra mujer. Toda nuestra solidaridad con su familia, con sus compañeras de trabajo y con quienes la amaban.

No es una muerte aislada, es la expresión más brutal de un sistema que abandona a las mujeres que cuidan y que necesitan ser cuidadas. Es un feminicidio laboral y social.

Ninguna trabajadora debería perder la vida en el ejercicio de un trabajo tan esencial como invisibilizado. Y sin embargo, cada día miles de mujeres se enfrentan a la precariedad, a la soledad y a la violencia mientras sostienen la vida de otras.

No es casualidad, sino consecuencia de un sistema que externaliza los cuidados sin garantizar derechos, que feminiza la precariedad y que convierte la necesidad en riesgo.

Una sociedad justa se construye poniendo el foco en quien cuida, en quien sostiene, en quien acompaña. Y eso exige protección, recursos, derechos laborales reales y un feminismo que no se quede en el discurso.

Reclamamos con urgencia:

La protección integral para quienes trabajan en el ámbito de los cuidados, la dignificación real de este trabajo imprescindible y una respuesta feminista firme que no normalice ni silencie esta violencia estructural.

Porque cuidar no puede ser una condena y vivir no puede ser un privilegio.